Tienen su origen en el siglo XIX y aunque lleven en la fachada de la Catedral de Sevilla más de 100 años, estas palabras aparecieron, en realidad, tras las tareas de limpieza y restauración del conjunto arquitectónico, que había quedado ennegrecido como consecuencia de la contaminación. 

Aunque en un principio no se sabía a qué correspondían las letras que se iban encontrando, se trata de vítores, un símbolo de raíz romana que adoptaron varias universidades españolas como emblema conmemorativo de quien obtenía el título de doctor. Es lo que hoy se podrían considerar los graffitis de la época y se trata de una moda nacida en la Universidad de Salamanca que tuvo réplicas en otras ciudades como Granada, Alcalá de Henares o Sevilla. 

Qué es un vítor

El vítor es un anagrama de color rojo que equivale a la expresión “¡viva!”. Deriva del crismón del Bajo Imperio Romano y, según la leyenda, de los sueños del emperador Constantino antes de una batalla: in hoc signo vinces,  (con este signo vencerás=. Es un emblema cargado de simbolismo que incluso Francisco Franco llegó a utilizar. 

Sin embargo, antes de que sucediera esto el vítor era una referencia universitaria en la que utilizan pigmentos de origen animal o vegetal para hacer las pintadas en las paredes.  

La pared con más pintadas de la Catedral de Sevilla está en la calle Alemanes, una de las más transitadas de la ciudad. En ella se pueden leer nombres con perfecta claridad, como Don Alonso García o Don Melchor, aunque junto a ellos aparecen otras letras sueltas y palabras cuyo significado no se ha conseguido desvelar por el momento. 

Sin embargo, la Catedral de Sevilla no fue el único lugar en el que se escribieron estos vítores. Los estudiantes también emplearon otras fachadas como la del Archivo de Indias, donde se pueden leer apellidos como Silva o García de la Parra, aunque es posible que en este caso no se refirieran a doctores sino a personas relacionadas con el comercio con las Américas. 

Puesto que las obras de restauración de la Catedral aun no han finalizado no se descarta que sigan apareciendo algunas de estas pintadas del XIX con más vítores que se mantendrán en las fachadas de la catedral como un elemento más de la historia de Sevilla.